persona paseando a su perro junto a un campo de girasoles

Los beneficios para la salud de las actividades recreativas al aire libre

Durante la pandemia, más gente caminó que nunca. Con más tiempo libre, muchos de nosotros nos dimos cuenta de lo importante que es el movimiento y de lo mucho que nos había faltado durante nuestras ajetreadas vidas anteriores a la pandemia. Hoy en día, no hay duda de que la cantidad de ejercicio que hacemos es importante. Pero las pruebas recientes indican que dónde hacemos ejercicio también importa, quizá incluso más: los estudios han demostrado que la conexión con el mundo natural confiere muchos beneficios para la salud que no pueden conseguirse en espacios cerrados. Hoy hablaremos de las ventajas de hacer ejercicio en la naturaleza caminando, haciendo senderismo o montando en bicicleta.

Caminar

Caminar, en general, produce diversos beneficios para la salud, como un menor riesgo de diabetes, cardiopatías y cáncer. Pero ¿sabía que el lugar por el que camina influye de forma única en su salud? Un estudio reciente realizado por investigadores canadienses ha descubierto que caminar al aire libre aumenta los beneficios de los paseos para la salud cerebral. Al realizar una tarea después de caminar, los participantes que lo hacían al aire libre mostraban tiempos de reacción más rápidos que los que lo hacían en interiores. Además, los participantes que caminaron al aire libre mostraron una mayor atención y memoria. Sin embargo, este efecto no se observó en los participantes que caminaron en interiores. Aunque se necesitan más investigaciones, estos datos preliminares sugieren que hacer ejercicio en la naturaleza beneficia nuestra salud neurológica incluso más que hacerlo en interiores.

Senderismo

 El senderismo produce muchos de los mismos beneficios que caminar al aire libre. Sin embargo, tiene la ventaja añadida de proteger los centros de memoria y navegación de nuestro cerebro. El senderismo se basa en la geonavegación, o navegación a través de la observación de las características naturales, una práctica que favorece la función cognitiva. Cuando vamos de excursión, dejamos de utilizar los sistemas GPS de nuestros teléfonos y nos guiamos por los senderos o los marcadores naturales. Así ejercitamos el córtex retrosplenial y el hipocampo, las partes del cerebro responsables de la cartografía espacial de nuestro entorno y de la memoria. 

Al potenciar la función de estas importantes estructuras, el senderismo no sólo favorece nuestra salud mental actual, sino que nos protege de futuros deterioros mentales. Por ejemplo, el hipocampo es muy sensible al deterioro relacionado con la edad, ejemplificado por enfermedades como el Alzheimer. Al ejercitar nuestro hipocampo mediante el senderismo, ayudamos a protegerlo de daños en el futuro, previniendo el desarrollo de esta enfermedad mortal.

En bicicleta

Ir en bicicleta no sólo puede beneficiar a la salud humana al fomentar la geonavegación, sino que optar por la bicicleta protege nuestro medio ambiente. Las investigaciones demuestran que, para conseguir emisiones netas de carbono cero, la bicicleta es 10 veces más importante que los coches eléctricos. Según el estudio, pasar de conducir a ir en bicicleta un día a la semana reduce las emisiones de carbono en unos 2,5 kg de media. Esto equivale a recortar 6,2 millas de las emisiones semanales de gases. Conseguir emisiones netas cero es necesario para garantizar un futuro con un planeta habitable. Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento global superará los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y provocará efectos catastróficos.

El contacto con la naturaleza no sólo favorece nuestra salud, sino que protege la del mundo que nos rodea. Podemos mejorar nuestra salud cognitiva y prevenir el deterioro neurológico ahorrando la energía que necesitaríamos para hacer funcionar una elíptica si optamos por caminar o hacer senderismo en entornos naturales. Del mismo modo, montar en bicicleta nos ayuda a avanzar hacia una economía neta cero, a la vez que ejercitamos regiones cerebrales clave para prevenir el declive relacionado con la edad. Esto prolonga no sólo nuestras vidas, sino también la de nuestro planeta.

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