EarthShare - Escuchar a nuestros hijos para salvar el planeta

Escuchar a nuestros hijos para salvar el planeta

¿Has preguntado alguna vez a un niño por el cambio climático? Su respuesta puede sorprenderte. Al fin y al cabo, los niños lo hacen parecer muy sencillo, y puede serlo. Quizá ha llegado el momento de ser más directos sobre la forma en que nosotros, como individuos, como empresas, como comunidades, como países y como sociedad global, interactuamos cada día con el mundo natural que nos rodea.

Y quizá empecemos por escuchar a nuestras generaciones más jóvenes. Al fin y al cabo, saben más de lo que crees.

Y de acuerdo, quizá volar coches por los aires con misiles no sea la solución que necesitamos (o que necesita nuestro planeta) en este momento, pero sin duda hay algunos puntos clave de los que podemos aprender y adoptar.

#1. Haz ruido

Para que nos den lo que queremos (oferta), tenemos que exigirlo. Este es un principio básico del capitalismo que ha transformado la forma en que las personas interactúan con la economía y el gobierno. Es un planteamiento fundamental, no sólo para adquirir bienes, sino para instigar el cambio.

Pero, ¿cómo hacerlo cuando se trata de política y reformas medioambientales?

Tenemos que hacer algo de ruido, incluso cuando nuestros gobiernos no quieren que lo hagamos.

Esto significa protestar, votar y poner tu dinero donde está tu boca. Reutiliza y reutiliza cuando puedas, y compra a marcas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente cuando no puedas.

Investiga sobre las organizaciones y empresas que afirman ser respetuosas con el clima: ¿qué han hecho para respaldar esas afirmaciones?

  • Para organizaciones sin ánimo de lucroBusca:
    • Sus finanzas en el IRS. Los registros fiscales de las organizaciones sin ánimo de lucro son de acceso público. Comprueba que los gastos de entrada y salida de la organización sin ánimo de lucro se ajustan a sus pretensiones y misión generales.
    • El número EIN de la organización benéfica. Todas las organizaciones sin ánimo de lucro legítimas tienen uno, y puedes utilizar este número de identificación para buscar información adicional sobre la organización y sus ofertas.
    • Informes anuales. ¿Hablan sus trabajos anuales de sus reivindicaciones medioambientales?

  • Para las empresasBusca:
    • Certificaciones oficiales (por ejemplo, Energy Star, Forest Stewardship Council, etc.)
    • Transparencia en el abastecimiento de materiales, la gestión de la empresa, etc.
    • Palabras de moda del lavado verde. Muchas empresas dicen lo correcto, pero no lo ponen en práctica. ¿Coinciden las prácticas empresariales de la empresa con lo que realmente hacen?

 

Tienes una plataforma para alzar la voz y hacer ruido. Desde las redes sociales hasta las marchas en las calles, es hora de aumentar la demanda de un cambio medioambiental positivo para que podamos empezar a ver resultados.

#2. Manténgase informado

El aprendizaje no debe detenerse porque ya no vayas a la escuela. Tanto si tienes 18 años como 85, el hecho es que nuestro mundo cambia rápidamente y siempre hay algo nuevo que aprender cuando se trata de protegerlo.

¿Puede parecer una hazaña abrumadora? Seamos sinceros: sí, seguro. La vida es ajetreada para las personas de todas las edades, siempre hay algo más que necesitamos o queremos hacer, y reservar tiempo para aprender sobre el medio ambiente no siempre entra en esa lista. Ya es hora de que hagamos de nuestro planeta una prioridad.

Pero, ¿por dónde empezar? ¿Y cómo convertir el aprendizaje sobre el medio ambiente en un hábito?

Para empezar, acepta el hecho de que el aprendizaje no equivale automáticamente a los libros de texto. De hecho, en EarthShare pensamos que algunos de los aprendizajes más importantes se producen fuera de ellos, cuando empezamos a mantener conversaciones abiertas con los demás.

Vea una conversación reciente con Greta Thunberg organizada por el Museo de Historia Natural:

#3. Toma cada decisión pensando en el mañana

Haz algo bueno por la persona que serás mañana.

En el debate sobre el clima se suele hablar del mundo en incrementos de una década. ¿Dónde estaremos dentro de treinta años? ¿cincuenta? ¿Dentro de cien? Y aunque estas preguntas son válidas e importantes, también hay que tener en cuenta que, para la mayoría de la gente, la vida cotidiana ya es muy ajetreada. Es difícil predecir dónde estaremos la semana que viene, por no hablar de dentro de diez años o más.

Lo que tenemos que empezar a pensar y priorizar son las personas que seremos mañana. ¿Qué puedes hacer hoy que mejore la vida de quien serás mañana?

Cuando empezamos con algo pequeño y enmarcamos nuestras acciones de esta manera, podemos empezar a pensar en los beneficios a corto y largo plazo de la conservación desde una perspectiva totalmente nueva. Tal vez optes por ir en bicicleta hoy (en lugar de utilizar el coche) para sentirte bien mañana por haber cumplido un objetivo y haber hecho algo bueno por el medio ambiente. Objetivo a corto plazo: comprobado.

¿Y a largo plazo? Estás beneficiando tu salud, tu claridad mental y participando en un comportamiento que conduce a un aire más limpio para todos.

Resulta que nuestros hijos tienen grandes ideas sobre cómo hacer del mundo un lugar mejor. Es hora de empezar a escucharlas, de tomarlas en serio. Al fin y al cabo, ellos serán los que hereden este mundo -y todos sus problemas- de nosotros.

¿Qué tipo de legado quiere dejar?

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