EarthShare - Invertir en árboles es invertir en nuestro futuro

Invertir en árboles es invertir en nuestro futuro

Los efectos del cambio climático se han hecho cada vez más patentes en los dos últimos años. Desde "megaincendios" apocalípticos en todo el planeta hasta huracanes que baten récords en la costa del Golfo, pasando por pandemias incesantes, ahora comprendemos que las consecuencias negativas (tanto previstas como imprevistas) se están produciendo antes de lo que esperábamos. Afortunadamente, una reciente investigación científica del Revista Internacional de Investigación Medioambiental y Salud Pública nos brinda la oportunidad de invertir en nuestro futuro invirtiendo en árboles.

A muchos nos han inculcado desde pequeños que los árboles son buenos: nos ayudan a respirar, dan frutos que podemos comer (después de todo, por algo El árbol de los regalos, de Shel Silverstein, se han vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo desde su publicación). Pero, ¿cuáles son los beneficios que quizá no conozcamos todos? ¿Y cómo pueden ayudarnos a cambiar positivamente nuestro clima?

Los múltiples beneficios de los árboles

Aire limpio

A menudo se hace referencia a los árboles como los "pulmones del planeta" porque proporcionan mucho oxígeno a la vida en la Tierra. Lo hacen limpiando el aire que nos rodea. Los árboles eliminan diversos contaminantes del aire, como los gases de efecto invernadero, lo que protege la salud humana y limita los efectos del cambio climático. De hecho, un estudio demostró que los árboles y los bosques de EE.UU. eliminaron 17,4 millones de toneladas de contaminación atmosférica en 2010, lo que ahorró al país 6.800 millones de dólares en costes sanitarios y ayudó a la población a evitar 850 muertes.

Almacenamiento de carbono

La quema de combustibles fósiles emite a la atmósfera gases de efecto invernadero que atrapan el calor, en concreto dióxido de carbono, aumentando la temperatura de la Tierra y contribuyendo al cambio climático. Por el contrario, los árboles nos protegen de los efectos devastadores del cambio climático secuestrando, o almacenando, el dióxido de carbono. Un estudio realizado en 2021 por One Tree Planted determinó que un solo árbol adulto puede absorber aproximadamente 22 libras de CO2 en un año determinado. (Esto es algo menos que la cifra de 48 libras que, de forma un tanto inexacta, lleva un tiempo dando vueltas por Internet). Incluso así, multiplícalo por los 228.000 millones de árboles que hay sólo en EE.UU., y eso es... ¡mucho carbono almacenado!

Sólo en el Estado de Nueva York, los árboles almacenan 1.900 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono.

Reducción de la delincuencia

La cubierta arbórea también se ha asociado a menores índices de delincuencia. Se ha demostrado que el aumento de la población arbórea en las zonas urbanas reduce los índices de delitos violentos, domésticos y contra la propiedad. ¿Cómo marcan exactamente los árboles una diferencia tan grande? La respuesta suele depender de cada situación, pero los expertos han identificado varias pautas generales. Los espacios verdes limpios y sanos suelen inspirar una mayor participación de la comunidad; los ciudadanos se sienten orgullosos de estos espacios y se implican más en su cuidado. Como resultado, el mantenimiento de estos espacios indica que los residentes participan activamente en sus comunidades, lo que disuade de cometer actos delictivos.

Pensamiento más claro

Numerosos estudios demuestran que los árboles potencian la función cognitiva, mejorando nuestra capacidad mental para adquirir y comprender conocimientos. Por ejemplo, un estudio de la Escuela de Recursos Forestales de la Universidad Nacional de Chungbuk (Corea del Sur) demostró que, tras pasear por un bosque, los participantes completaban las tareas 7 segundos más rápido de media que antes de sus paseos. En cambio, los participantes que caminaron por paisajes urbanos no completaron las tareas más rápidamente.

Refuerza la función inmunitaria

Temporada de gripe. Ocurre todos los años y parece que cada vez dura más. Pero, ¿sabías que planear una excursión a un bosque local podría ser el refuerzo adicional que tu sistema inmunitario necesita? Un estudio realizado en Tokio demostró que visitar un bosque mejoraba las funciones inmunitarias de los participantes. Y lo que es mejor, este efecto positivo duró más de siete días después de la visita inicial.

Mejorar la salud mental

Las enfermedades mentales están aumentando en todo el mundo. Sólo en Estados Unidos, más de 50 millones de personas padecen enfermedades mentales. Afortunadamente, pasar tiempo con los árboles puede ayudar a las personas a afrontar los problemas de salud mental de forma asequible. Otro estudio japonés descubrió que los individuos que paseaban por el bosque mostraban menos tensión, ansiedad, ira y hostilidad que los que lo hacían por la ciudad.

Temperatura Refrigeración

Los árboles reducen los niveles de exposición al sol, lo que proporciona un efecto refrescante natural. Las ciudades con una cubierta arbórea limitada experimentan un efecto de isla de calor urbano debido al cambio climático, que puede elevar la temperatura de la ciudad entre 1 y 7° F (EPA). La sombra que proporcionan los árboles reduce este efecto. ¿Sabías que los parques pueden enfriar su entorno hasta 1,7°F?

Reducir el estrés

¿Te sientes estresado? Abraza un árbol. No, en serio: ¡resulta que ayuda! Las investigaciones sugieren que pasar tiempo en los bosques reduce el estrés. Por ejemplo, un análisis de los habitantes de Berlín (Alemania ) demostró que vivir cerca de un bosque aumentaba la capacidad de las personas para afrontar el estrés.

Conexión social

Especialmente tras la pandemia de COVID-19, el aislamiento social ha sido un problema constante para muchas personas. Se ha demostrado que un solo minuto de contemplación de un árbol aumenta los comportamientos y emociones sociales. Básicamente, el asombro que nos produce la naturaleza que nos rodea puede influir en un comportamiento prosocial positivo (es decir, la intención de beneficiar a los demás).

Como demuestra la investigación, los árbolespromueven la salud humana y medioambiental al tiempo que reducen los efectos nocivos del cambio climático, muchas veces de formas de las que ni siquiera nos damos cuenta. Al menos, no de inmediato.

Los árboles limpian el aire que nos rodea, almacenan importantes gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, y reducen los índices de delincuencia. Favorecen nuestro sistema inmunitario y nuestra salud mental, a la vez que nos mantienen frescos. Reducen nuestro estrés e incluso fomentan la conexión social entre nosotros.

Cuando nos tomamos un momento para pensar en los increíbles beneficios de estas plantas gigantes (y a veces ancestrales), es realmente sobrecogedor. Resulta evidente que debemos dedicar más energía a la protección, conservación y regeneración de este recurso esencial. Porque invertir en los árboles es invertir en nuestra propia salud.

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