Los plásticos están omnipresentes en todo el mundo; se encuentran en todo lo que compramos, desde los envases de los alimentos hasta la ropa, pasando por la electrónica doméstica. La producción mundial de plástico se ha disparado en los últimos 50 años. Como resultado, el planeta genera cada año unos 400 millones de toneladas de residuos plásticos. Es una cifra tan grande que puede resultar difícil de visualizar. Piensa en esto: si tomas el peso medio de los humanos (65 kg) y sumas el peso de cada persona del planeta (un billón de libras), eso equivale casi a la cantidad de residuos de plástico generados. Cada. Cada. Año.
El plástico de un solo uso, como los envases de comida para llevar, las botellas de plástico, los envases de alimentos y las pajitas, contribuye enormemente a este problema. Aproximadamente la mitad del plástico que se produce cada año es de un solo uso. Aunque algunos plásticos son reciclables, la mayor parte del plástico del planeta se convierte en basura, lo que hace que unos 11 millones de toneladas métricas de este plástico acaben en los océanos del mundo. Los microplásticos, pequeños trozos de plástico de menos de cinco milímetros, también han invadido nuestro sistema alimentario y suponen una amenaza para la salud de la vida marina y acuática y del suelo.
Cuando los plásticos no se reciclan, persisten en el medio ambiente durante siglos. Los artículos domésticos comunes, como los pañales y las cápsulas de café, pueden tardar más de 500 años en descomponerse de forma natural. Más allá de la contaminación física del plástico, su fabricación es un proceso que consume mucha energía y produce emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Sin ninguna reducción, la producción de plástico podría generar 1,34 gigatoneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año en 2030. Eso equivale a más de 10.000 portaaviones (a plena carga).
Que no cunda el pánico... ¡ACTÚA!
#1. Apoyar las tasas y prohibiciones de los plásticos
Los artículos de uso cotidiano, como las bolsas de plástico, las botellas de agua, los envases de comida para llevar e incluso las diminutas microperlas que se encuentran en los productos de higiene personal, tienen un impacto medioambiental negativo. La política es la herramienta más eficaz para luchar contra la contaminación por plástico. Diga a sus políticos locales, estatales y federales que quiere reducir los residuos de plástico. Si quieres inspirarte, echa un vistazo a los esfuerzos de los estados de todo el país que han promulgado prohibiciones de plástico.
#2. Presione a los fabricantes
Cuando compres, presta atención a los envases. Si crees que una marca a la que apoyas podría mejorar en la reducción del uso de plástico, haz oír tu voz en las redes sociales, con una carta o patrocinando a un competidor más sostenible. Para empezar, explora iniciativas como la campaña de Oceana para acabar con los plásticos de un solo uso y el esfuerzo de Ocean Conservancy para crear Mares Libres de Basura.
#3. Ofrézcase como voluntario para limpiar una vía fluvial
Limpiar una vía fluvial local es una forma práctica de ayudar a reducir el impacto de la contaminación por plásticos al tiempo que se cuida el medio ambiente que nos rodea. Para echar una mano, consulta opciones como las limpiezas costeras de Ocean Conservancy o la Better Beach Alliance de la Surfrider Foundation.
#4. Reducir antes de reciclar
Aunque es mejor que el vertedero, el reciclaje de plástico sigue teniendo sus problemas. Para empezar, algunos plásticos comunes, como el polietileno de baja densidad (LDPE) utilizado en las bolsas de la compra, son difíciles de reciclar. Incluso los plásticos más fáciles de reciclar, como el tereftalato de polietileno (PET) de las botellas de agua, se descomponen durante el proceso de reciclaje. En última instancia, estos plásticos sólo pueden reciclarse un número limitado de veces antes de que se degraden demasiado como para reutilizarlos en otros productos. Desde el punto de vista del clima, la producción de plásticos también conlleva una gran huella de carbono, por lo que reducir nuestra dependencia del plástico también reduce las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
#5. Mantenga el plástico fuera de la cocina
Los productos de plástico que se utilizan habitualmente en la cocina -vasos, platos, etc.- pueden contener sustancias químicas nocivas, como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, que se han relacionado con una serie de efectos negativos para la salud, incluido el cáncer. Estas sustancias químicas pueden filtrarse a los alimentos, especialmente cuando el plástico se calienta. En lugar de usar plástico para cocinar, utilice platos y sartenes de vidrio, porcelana, madera, hierro fundido o acero inoxidable, y evite calentar recipientes de plástico.
#6. Comprar artículos de segunda mano
Comprar ropa, utensilios de cocina, juguetes y otros artículos del hogar de segunda mano puede ayudar a reducir la contaminación por plástico, ya que estos productos usados anteriormente suelen venir sin embalaje. Consulta las tiendas de segunda mano y los mercadillos del barrio. También puedes apuntarte a los grupos locales de "no comprar nada" para reutilizar y reaprovechar.
#7. Cocinar más en casa
Comer en casa reduce los residuos de plástico generados por los envases de un solo uso de la comida para llevar, los cubiertos de plástico y las bolsas de plástico. En casa, es fácil guardar las sobras sin depender de los productos de plástico. También reducirás el desperdicio de comida.
#8. BYO (Bring Your Own) Todo
Desde los utensilios y las tazas hasta las bolsas y los pañales, deja el hábito del plástico de un solo uso comprando productos más duraderos destinados a ser reutilizados. El truco está en acordarse de llevarlos contigo y utilizarlos realmente: ¿alguien quiere llevar bolsas de la compra reutilizables en el maletero del coche? Para más trucos sobre cómo recordar tus productos reutilizables, consulta estos increíbles consejos de la ciudad de Stratford, en Canadá.
#9. Renuncia a las pajitas de plástico
Las pajitas de plástico son uno de los productos de plástico más comunes que se encuentran en los océanos del planeta, y pueden ser mortales para las criaturas marinas, como las aves y las tortugas marinas, cuando se consumen accidentalmente. Cuando comas fuera, opta por bebidas sin pajitas o lleva una pajita reutilizable.
Hacer cambios positivos
Es hora de cambiar la cultura que rodea el uso del plástico. ¿Y el mejor lugar para empezar? Cambiando tus propios hábitos. Puede parecer mucho trabajo para una recompensa poco visible, pero incluso las acciones más pequeñas se acumulan significativamente con el tiempo.
¿En una cafetería? Pide al camarero una taza de cerámica. Rechaza el exceso de envases en las tiendas o lugares de comida para llevar, como las innecesarias bolsas de plástico, y comparte las noticias sobre las exitosas campañas que luchan contra la contaminación por plástico con tanta gente como puedas. Corre la voz en las redes sociales, presenta estas soluciones a tu familia y llama a tus representantes locales y estatales para exigir un cambio a mayor escala. Haz oír tu voz.
Juntos, podemos cambiar la cultura de los residuos y el uso del plástico en Estados Unidos.